¡AL ATAQUERRRR!
No hace tanto que no sabía que era un GR, unos crampones o unas polainas, y aquí estoy, en Zermatt, con la gente que últimamente paso más tiempo y a punto de subir a más de cuatro mil metros de altura. COMO DIJO AQUEL: LA VIDA ES UNA CAJA DE SORPRESAS.
HACIA EL TELEFERICO.
6.30 am. Vamos andando por las calles de Zermatt, todo cerrado, lógicamente, pero un ejercito de japoneses deambulan por las calles como zombies buscando cerebros. QUE ALGUIEN ME LO EXPLIQUE PORFA.
EN EL KLEIN MATTERHORN.
Después de atravesar todo el pueblo por la calle principal se llega a las cabinas de los telefericos. Por 72 francos, unos 54 euros nos ahorraremos los casi 2300 metros de desnivel que hay desde Zermatt a la última parada, el Klein Matterhorn.
NUESTRO OBJETIVO.
Al subir a este punto tan sólo haremos un desnivel de 300 metros. Ya se que es muy poco comparado con los 1000 metros que estamos haciendo de media últimamente, pero tener en cuenta que andaremos muy altos, por lo que la presión del oxigeno es menor e iremos encordados, cosa que para algunos de nosotros es la primera vez.
CAMINANDO POR EL GLACIAR.
Aunque después de hacer un viaje tan largo podíamos haber hecho algo con más nivel, en la montaña cada vez que subes el listón hay que ir poco a poco y creo que acertamos ya que al menos Silvia y un servidor acabamos cansados como cuando subimos mil metros de desnivel en los Pirineos. Por lo que creo que la elección fue la correcta.
SILVIA CANSADA. EL IR ENCORDADO TE QUITA INDEPENDENCIA DE PARAR CUANDO TU QUIERES.
Esta montaña me la propuso Miguel Ángel en su día para hacerla juntos pero como sera papa proximamente no a podido ser. Habrá más días para repetir cimas como antaño hacíamos y espero que estas fotos le gusten ya que no podido estar.
PERO UNA PARADA PARA COGER FUERZAS LO ARREGLA TODO.
En el día anterior coincidimos en el mismo taxi, que son unas furgonetas con asientos en las que pueden ir unas 9 personas, con unos chicos de Madrid que habían subido el Breithorn. Les preguntamos que tal les había ido y nos dijeron que ellos llegaron a la cima sobre las 14 horas por lo que la nieve estaba muy blanda y desecha.
HACIA ARRIBA SILVIA, DAVID Y ALBERT SARDÀ.
Al parecer tuvieron problemas con la grietas y lo pasaron bastante mal. Por lo que nosotros decidimos madrugar todo lo que pudimos para coger el primer teleferico y subir cuanto antes mejor. Esto fue lo mejor ya que subimos muy bien y fue en la baja sobre las 11 am cuando la nieve se empezaba a deshacer por la calor.
HACIA ABAJO ALBERT ROFES Y ALFONS INTERCAMBIANDO INFORMACIÓN CON OTROS MONTAÑEROS.
EN MEDIO UN SERVIDOR CON EL CERVINO DETRÁS A LA DERECHA.
La subida en otras circunstancias habría sido un paseo, pero al ir encordados teníamos que ir todos al ritmo del primero por lo que los micro descansos que algunos hacemos desaparecen y hacia que Silvia y un servidor nos cansáramos más de lo normal. Supongo que la falta de costumbre de estas alturas también cuentan. Pero bueno forma parte del entreno de aprendiz de montañero.
EN LA CIMA ALEGRÍA Y EMOCIÓN DEL TRIUNFO.
Fue Silvia la que a medio camino dio más síntomas de fatiga por lo que hicimos una paradiña de 15 minutos para comer algo y subir a la cima.
TODOS EN LA CIMA.
Una vez arriba abrazos y fotos. Después de un año de ilusión y sueños por estar en la cumbre de nuestro primer cuatro mil se había realizado. QUERER ES PODER.
OBJETIVO CUMPLIDO. UNO DE TRES. MAÑANA MÁS.
El momento fue mágico, y si es estar en los Pirineos a tres mil metros ya es un subidón imaginaros a casi cuatro mil dos cientos. UNA PASADA.
LAS VISTAS IMPRESIONANTES.
FOTO DE GRUPO EN LA CIMA. SOLO DECIR UNA COSA: A VALIDO LA PENA.
DESPUÉS DEL MADRUGÓN Y EL ESFUERZO, SIESTA EN ZERMATT.
Ya en el pueblo solo quedaba descansar para después ir al camping y preparar todo para ir a visitar la base de la considerada montaña más bonita del mundo: EL MATTERHORN O CERVINO.
HACIA EL TELEFERICO.
6.30 am. Vamos andando por las calles de Zermatt, todo cerrado, lógicamente, pero un ejercito de japoneses deambulan por las calles como zombies buscando cerebros. QUE ALGUIEN ME LO EXPLIQUE PORFA.
EN EL KLEIN MATTERHORN.
Después de atravesar todo el pueblo por la calle principal se llega a las cabinas de los telefericos. Por 72 francos, unos 54 euros nos ahorraremos los casi 2300 metros de desnivel que hay desde Zermatt a la última parada, el Klein Matterhorn.
NUESTRO OBJETIVO.
Al subir a este punto tan sólo haremos un desnivel de 300 metros. Ya se que es muy poco comparado con los 1000 metros que estamos haciendo de media últimamente, pero tener en cuenta que andaremos muy altos, por lo que la presión del oxigeno es menor e iremos encordados, cosa que para algunos de nosotros es la primera vez.
CAMINANDO POR EL GLACIAR.
Aunque después de hacer un viaje tan largo podíamos haber hecho algo con más nivel, en la montaña cada vez que subes el listón hay que ir poco a poco y creo que acertamos ya que al menos Silvia y un servidor acabamos cansados como cuando subimos mil metros de desnivel en los Pirineos. Por lo que creo que la elección fue la correcta.
SILVIA CANSADA. EL IR ENCORDADO TE QUITA INDEPENDENCIA DE PARAR CUANDO TU QUIERES.
Esta montaña me la propuso Miguel Ángel en su día para hacerla juntos pero como sera papa proximamente no a podido ser. Habrá más días para repetir cimas como antaño hacíamos y espero que estas fotos le gusten ya que no podido estar.
PERO UNA PARADA PARA COGER FUERZAS LO ARREGLA TODO.
En el día anterior coincidimos en el mismo taxi, que son unas furgonetas con asientos en las que pueden ir unas 9 personas, con unos chicos de Madrid que habían subido el Breithorn. Les preguntamos que tal les había ido y nos dijeron que ellos llegaron a la cima sobre las 14 horas por lo que la nieve estaba muy blanda y desecha.
HACIA ARRIBA SILVIA, DAVID Y ALBERT SARDÀ.
Al parecer tuvieron problemas con la grietas y lo pasaron bastante mal. Por lo que nosotros decidimos madrugar todo lo que pudimos para coger el primer teleferico y subir cuanto antes mejor. Esto fue lo mejor ya que subimos muy bien y fue en la baja sobre las 11 am cuando la nieve se empezaba a deshacer por la calor.
HACIA ABAJO ALBERT ROFES Y ALFONS INTERCAMBIANDO INFORMACIÓN CON OTROS MONTAÑEROS.
EN MEDIO UN SERVIDOR CON EL CERVINO DETRÁS A LA DERECHA.
La subida en otras circunstancias habría sido un paseo, pero al ir encordados teníamos que ir todos al ritmo del primero por lo que los micro descansos que algunos hacemos desaparecen y hacia que Silvia y un servidor nos cansáramos más de lo normal. Supongo que la falta de costumbre de estas alturas también cuentan. Pero bueno forma parte del entreno de aprendiz de montañero.
EN LA CIMA ALEGRÍA Y EMOCIÓN DEL TRIUNFO.
Fue Silvia la que a medio camino dio más síntomas de fatiga por lo que hicimos una paradiña de 15 minutos para comer algo y subir a la cima.
TODOS EN LA CIMA.
Una vez arriba abrazos y fotos. Después de un año de ilusión y sueños por estar en la cumbre de nuestro primer cuatro mil se había realizado. QUERER ES PODER.
OBJETIVO CUMPLIDO. UNO DE TRES. MAÑANA MÁS.
El momento fue mágico, y si es estar en los Pirineos a tres mil metros ya es un subidón imaginaros a casi cuatro mil dos cientos. UNA PASADA.
LAS VISTAS IMPRESIONANTES.
FOTO DE GRUPO EN LA CIMA. SOLO DECIR UNA COSA: A VALIDO LA PENA.
DESPUÉS DEL MADRUGÓN Y EL ESFUERZO, SIESTA EN ZERMATT.
Ya en el pueblo solo quedaba descansar para después ir al camping y preparar todo para ir a visitar la base de la considerada montaña más bonita del mundo: EL MATTERHORN O CERVINO.
MAÑANA NOS VEMOS DE MÁS CERCA.
SI ALGUIEN LO QUIERE SUBIR, UNA PISTA DE POR DONDE ES.
PREPARANDO LA ASCENSIÓN.
HACIA LA CIMA.
EN LA CIMA DEL BREITHORN. 4164 m.
SPAIN IS DIFERENT.
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