Ya el domingo y con un poco de sueño nos fuimos a las pistas de esquí de Font-Romeu, situadas en la Cerdaña francesa.
Mientras que Carmen, que se unió a nosotros el sábado noche, Oscar, Dani, Silvia, Albert y Alfonso se quedaron esquiando, los Juanes nos fuimos de excursión.
La idea era realizar un ruta circular en la que subiríamos la montaña de La Calme y el pico de los Moros. Este pico ya lo intentamos subir hace un tiempo y por la niebla y la falta de concentración nos perdimos.
Hoy, viendo las cosas más claras que aquel día, me he dado cuenta que en realidad casi que le dimos la vuelta a la montaña. Y al final nos volvimos sin verla ya que estaba totalmente oculta.
ANTES DE EMPEZAR.
JUAN EN SU ESTRENO CON RAQUETAS.
ROC DE LA CALME AL FONDO.
LAS POLAINAS NUEVAS SIMPLEMENTE PERFECTAS.
JUAN SUBIENDO EL PRIMER OBJETIVO.
ROC DE LA CALME.
JUAN CON EL PICO DE LOS MOROS DE FONDO.
Juan nunca había andado con raquetas de nieve y le gustó mucho. Las rutas invernales, y esta más, ya que es un paseo, son muy bonitas y te hacen relajarte mucho viendo la nieve y escuchando el ruido de esta al pisarla.
La subida a La Calme muy fácil y más un trámite que una conquista. Aunque es una pista de esquí también es el punto más alto del lugar y camino de paso.
Ya una vez arriba bajamos por la cara opuesta para alejarnos de la muchedumbre y dirigirnos hacia el pico de los Moros, que de menor altura pero su enclave estratégico lo hace un mirador excepcional de la Cerdaña, el Puigmal, el Carlit, la tossa d´Alp y la sierra del Cadí, entre otros muchos picos de la zona.
JUAN EUFÓRICO. VIVA LA PAZ Y LA TRANQUILIDAD DE LA MONTAÑA
AUNQUE TAPADO HIZO MEJOR DÍA DE LO QUE PENSÁBAMOS.
Los caminos por los que habíamos pasado un tiempo atrás ahora se habían transformado en pistas de esquí nórdico, deporte que esta zona es muy común. Y por los que ahora no se puede ir ya que están habilitados para los esquiadores. Los montañeros o raqueteros tenemos que ir, aunque cerca de estos, pero sin pisarlos.
Después de bajar La Roc de la Calme y con el Pico de los Moros siempre a la vista, caminamos cerca de los caminos y en ocasiones por el bosque en linea recta para acortar.
Aunque teníamos bastante claro cual era el Pico de los Moros decidimos preguntar si era el que nosotros pensábamos no fuera que la liáramos.
Después de que un guia francés de un grupo nos lo dejara claro, nos dirigimos al refugio de La Calme, por el que teníamos que pasar según indicaciones del mismo guía.
QUE CAMBIO DE PAISAJE EN LA RUTA ANTERIOR.
¿Un refugio? A mi no me marca ningún refugio en el mapa, como mucho si que marca una casa o construcción. ¡Pero si! Llegamos a un refugio y después de mirarlo me resulta familiar tanto este como el entorno más cercano.
Después de que mis neuronas se pusieran de acuerdo, EUREKA, yo había estado allí. Es el punto final donde en el intento anterior habíamos llegado. Lo que pasa es que, aparte de las condiciones meteorológicas totalmente diferentes, la vez anterior el refugio estaba cerrado e incluso me atrevería a decir que ni era refugio. Se veía totalmente reformado y habilitado.
En donde nos habíamos protegido de la lluvia que era un lugar abierto y lleno de excremento de animales, ahora estaba cerrado por una puerta de madera y convertido, seguramente, en almacén.
Mientras que Carmen, que se unió a nosotros el sábado noche, Oscar, Dani, Silvia, Albert y Alfonso se quedaron esquiando, los Juanes nos fuimos de excursión.
La idea era realizar un ruta circular en la que subiríamos la montaña de La Calme y el pico de los Moros. Este pico ya lo intentamos subir hace un tiempo y por la niebla y la falta de concentración nos perdimos.
Hoy, viendo las cosas más claras que aquel día, me he dado cuenta que en realidad casi que le dimos la vuelta a la montaña. Y al final nos volvimos sin verla ya que estaba totalmente oculta.
ANTES DE EMPEZAR.
JUAN EN SU ESTRENO CON RAQUETAS.
ROC DE LA CALME AL FONDO.
LAS POLAINAS NUEVAS SIMPLEMENTE PERFECTAS.
JUAN SUBIENDO EL PRIMER OBJETIVO.
ROC DE LA CALME.
JUAN CON EL PICO DE LOS MOROS DE FONDO.
Juan nunca había andado con raquetas de nieve y le gustó mucho. Las rutas invernales, y esta más, ya que es un paseo, son muy bonitas y te hacen relajarte mucho viendo la nieve y escuchando el ruido de esta al pisarla.
La subida a La Calme muy fácil y más un trámite que una conquista. Aunque es una pista de esquí también es el punto más alto del lugar y camino de paso.
Ya una vez arriba bajamos por la cara opuesta para alejarnos de la muchedumbre y dirigirnos hacia el pico de los Moros, que de menor altura pero su enclave estratégico lo hace un mirador excepcional de la Cerdaña, el Puigmal, el Carlit, la tossa d´Alp y la sierra del Cadí, entre otros muchos picos de la zona.
JUAN EUFÓRICO. VIVA LA PAZ Y LA TRANQUILIDAD DE LA MONTAÑA
AUNQUE TAPADO HIZO MEJOR DÍA DE LO QUE PENSÁBAMOS.
Los caminos por los que habíamos pasado un tiempo atrás ahora se habían transformado en pistas de esquí nórdico, deporte que esta zona es muy común. Y por los que ahora no se puede ir ya que están habilitados para los esquiadores. Los montañeros o raqueteros tenemos que ir, aunque cerca de estos, pero sin pisarlos.
Después de bajar La Roc de la Calme y con el Pico de los Moros siempre a la vista, caminamos cerca de los caminos y en ocasiones por el bosque en linea recta para acortar.
Aunque teníamos bastante claro cual era el Pico de los Moros decidimos preguntar si era el que nosotros pensábamos no fuera que la liáramos.
Después de que un guia francés de un grupo nos lo dejara claro, nos dirigimos al refugio de La Calme, por el que teníamos que pasar según indicaciones del mismo guía.
QUE CAMBIO DE PAISAJE EN LA RUTA ANTERIOR.
¿Un refugio? A mi no me marca ningún refugio en el mapa, como mucho si que marca una casa o construcción. ¡Pero si! Llegamos a un refugio y después de mirarlo me resulta familiar tanto este como el entorno más cercano.
Después de que mis neuronas se pusieran de acuerdo, EUREKA, yo había estado allí. Es el punto final donde en el intento anterior habíamos llegado. Lo que pasa es que, aparte de las condiciones meteorológicas totalmente diferentes, la vez anterior el refugio estaba cerrado e incluso me atrevería a decir que ni era refugio. Se veía totalmente reformado y habilitado.
En donde nos habíamos protegido de la lluvia que era un lugar abierto y lleno de excremento de animales, ahora estaba cerrado por una puerta de madera y convertido, seguramente, en almacén.
NOS FUE MUY BIEN PARA COMER.
DELANTE DEL REFUGIO.
EL MISMO LUGAR EL DÍA DE LA LLUVIA.
LOS JUANES UNIDOS JAMAS SERÁN VENCIDOS.
EL PICO DE LOS MOROS DESDE EL REFUGIO DE LA CALME.
LOS JUANES UNIDOS JAMAS SERÁN VENCIDOS.
EL PICO DE LOS MOROS DESDE EL REFUGIO DE LA CALME.
JUAN CON EL CARLIT DETRÁS.
Después del flash back que tuve nos fuimos para el ataque final. El camino en este tramo estaba cerrado a los esquiadores lo que genial para nosotros ya que podíamos ir tranquilamente sin que nadie nos dijera nada.
Una vez arriba comprobé que lo que había leído de este lugar era verdad. Estás en medio, aunque por debajo, de un montón de montañas impresionantes. Las cimas cubiertas por las nubes y el día tapado pero aún y así permitiendo ver un paisaje espectacular.
Además justo antes de hacer cima se puso a nevar, lo que hizo mas bonito.
¡POR FIN! EL PICO DE LOS MOROS.
Después del flash back que tuve nos fuimos para el ataque final. El camino en este tramo estaba cerrado a los esquiadores lo que genial para nosotros ya que podíamos ir tranquilamente sin que nadie nos dijera nada.
Una vez arriba comprobé que lo que había leído de este lugar era verdad. Estás en medio, aunque por debajo, de un montón de montañas impresionantes. Las cimas cubiertas por las nubes y el día tapado pero aún y así permitiendo ver un paisaje espectacular.
Además justo antes de hacer cima se puso a nevar, lo que hizo mas bonito.
¡POR FIN! EL PICO DE LOS MOROS.
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